La pizza napolitana, el sombrero pintao de Panamá y el punto cubano aspiran a convertirse en Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco, una distinción que contribuye a la supervivencia de estas expresiones transmitidas de generación en generación.
La decisión será tomada durante la reunión anual del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, que se celebrará entre el 4 al 9 de diciembre en Corea del Sur.
Un total de 34 tradiciones o expresiones vivas, entre ellas cuatro latinoamericanas, pretenden ingresar en la prestigiosa lista representativa de la Unesco de patrimonio intangible, en la que figuran ya tradiciones como el tango, las Fallas de Valencia o la filosofía milenaria del yoga.
Italia, campeona del Patrimonio Material de la Humanidad, busca reforzar su presencia en las listas de la Unesco de expresiones inmateriales con uno de sus emblemas culinarios: la pizza napolitana.
Cuba, que en noviembre pasado celebró la consagración de la rumba como Patrimonio de la Humanidad, espera que el punto, otro género musical representativo de la isla caribeña, corra la misma suerte este año.
Panamá presentó por su parte la candidatura de una de las prendas más características de su folklore: el sombrero pintao. «Esta es la primera candidatura de nuestro país, sería un reconocimiento extraordinario», destacó Emma Gómez, coordinadora del programa salvaguardia del Ministerio de Comercio e Industrias panameño.
La Unesco recibe anualmente cientos de pedidos de los 175 Estados que ratificaron la convención, pero acepta considerar poco menos de 50. Sus expertos presentan recomendaciones favorables o desfavorables a un comité integrado por 24 países, que toma la decisión final.